Puerto de Cartagena (II)
En la última entrada dejamos
al puerto de Cartagena como uno de los más importantes de España desde la
Antigüedad (con íberos, cartagineses, romanos…, todos ellos pasando por allí)
hasta las épocas más <<recientes>> de los Austrias y Borbones,
siendo nombrada Capital del Departamento Marítimo del Mediterráneo como base de
la Armada Española.
Debido a la cantidad de restos
arqueológicos existentes en los fondos marinos de los alrededores del Puerto de
Cartagena (con sus apuntes de Historia que hemos visto, ya podemos imaginar por
qué), cuando la Autoridad Portuaria proyecta realizar ampliaciones y obras de
infraestructuras que puedan afectar estos fondos, antes de comenzar con los
trabajos se llevan a cabo prospecciones submarinas de carácter arqueológico con
la finalidad de localizar, recuperar y preservar cualquier pecio que pueda
existir en los lugares afectados.
Es por ello que, en el año 2008, se
inauguró la nueva sede del Museo Nacional de Arqueología Submarina (fundado en
1980), y bautizado como ARQUA, en el Muelle de Alfonso XII, un lugar
privilegiado de la ciudad, al lado del mar y junto a la Terminal de Cruceros y
las marinas deportivas, en terrenos cedidos por el puerto al Ministerio de
Cultura. (Un dato de interés: en dicho museo se encuentra depositado el tesoro
de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes, una colección inigualable de
piezas de gran valor de principios del siglo XIX).
A mediados del siglo XIX, Cartagena iba
ganando importancia y se acrecentaba su comercio, industria y navegación. Y, a finales
del siglo XIX, en la localidad vecina de La Unión cobran gran importancia las
explotaciones mineras, lo que llevó a empresarios industriales a establecerse
en la ciudad durante una época en que los minerales extraídos tenían gran
demanda en el mercado (La minería otra vez como desarrollo de actividad
portuaria. Véase el post El Puerto pesquero y comercial de Águilas, de 14 de septiembre de 2016).
Debido a esto, el Puerto de Cartagena
construyó su primer muelle comercial, el Muelle de Alfonso XII. Obra
costosísima con terrenos ganados al mar (en tiempos remotos, el muelle se
reducía a un espigón de cantería y, hasta finales del XIX, el muelle proyectado
por el maestro Pedro Milanés en el siglo XVII había sufrido infinidad de
reparaciones sin conseguirse que reuniera las condiciones idóneas para la carga
y descarga de mercancías, así como el embarque y desembarque de militares y
pasajeros) y cedidos, dichos terrenos, por el Gobierno de la nación al
Ayuntamiento de la ciudad. Fue inaugurado por el monarca que le dio el nombre
el 24 de febrero de 1877.
La época moderna ha dejado en el Puerto de
Cartagena gran número de vestigios de finales del siglo XIX y principios del
XX.
Un ejemplo lo tenemos en la grúa Sánson.
Esta grúa fue construida en 1909 en los astilleros valencianos de La Unión
Naval de Levante, y estuvo operativa hasta el año 1993. Con una altura de
cuarenta metros, se utilizó durante sus años de vida tanto para tareas de
rescate en el mar, ya que se convertía en grúa flotante al instalarla sobre una
pontona, como para obras de construcción portuaria, entre otras, para la
colocación de los bloques de los espigones de La Curra y Navidad.
Grúa Sanson
(Fotografía
obtenida de: juanalmarzapozuelo.blogspot.com.es.grua-flotante-sanson)
También se recurrió a esta grúa para el
desembarco de grandes piezas llegadas por mar con destino, en la década de los
60, a la construcción de la refinería de Escombreras, y en años posteriores, a
los canales del transvase Tajo-Segura.
Tras quedar en desuso, la Autoridad
Portuaria de Cartagena la restauró y la instaló en una nueva rotonda construida
para ordenar el tráfico a la entrada de la Terminal de Contenedores, y allí se
encuentra desde el año 2001, dominando el paisaje desde su imponente altura, y
sirviendo de referencia para marcar la entrada al puerto comercial.
A partir de finales del siglo XX, este
muelle, que se encuentra justo entre el centro de Cartagena y el mar, se
transformó en zona urbana a través del Plan de Integración Puerto-Ciudad.
Actualmente, el puerto de
Cartagena es el cuarto a nivel nacional en tráfico de mercancías tras
Algeciras, Valencia y Barcelona, y por delante de Tarragona, Bilbao o Huelva.
Posee dos dársenas independiente
(Cartagena y Escombreras), separadas entre sí una distancia de 5 km y 1.5
millas por mar. (Una tercera está en proyecto: la dársena de El Gorguel). En la dársena de Cartagena se encuentran, entre otros, la terminal de
Cruceros, el citado muelle de Alfonso XII, instalaciones pesqueras y terminal
de contenedores. En los terrenos de Escombreras están las terminales
industriales de Graneles Sólidos y de Inflamables.
Para terminar, otro dato curioso: Miguel de
Cervantes, en su obra Viaje del Parnaso, realizó una breve descripción del
puerto de la ciudad de Cartagena que se haría popular con los años, tras ser
colocados los versos en lugar preferente en el puerto. Dicen así:
Con esto, poco a poco llegué al puerto,
al que los de Cartago dieron nombre,
cerrado a todos vientos y encubierto,
a cuyo claro y singular renombre
se postran cuantos puertos el mar baña,
descubre el sol y ha navegado el hombre.
Miguel de Cervantes. Viaje del Parnaso, 1614.
Fuentes:
Hasta otra. Gracias por la
visita.
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