Cuando Apolo conoció a Cloe
«Por
aquel entonces, yo resolvía como nadie los problemas que se planteaban. Todo el
mundo se apresuraba a consultarme las diferentes soluciones que sólo yo podía
proponer para aquellas cuestiones difíciles de resolver en el trazado de nuevas
vías, caminos y calzadas. Los diez casos que únicamente yo conocía, y cuyo saber se venía arrastrando desde hacía miles de años, fueron mi signo de
identidad durante tanto y tanto tiempo. Me basaba en los estudios de un clásico
griego, un oriundo de Pérgamo. Los antiguos ya mostraban la sabiduría y el poder de
su razonamiento desde muchos, muchísimos siglos atrás. Pero los nuevos tiempos
y las nuevas exigencias me obligaban a ponerme al día. Los vehículos y medios
de transporte comenzaron a alcanzar velocidades hasta entonces inimaginables…
y, pasó que, poco a poco, me quedé obsoleto. Esos diez casos de tangencias
fueron útiles sólo a medias. Se necesitaba una nueva geometría, nuevos acordes,
una nueva idea…
Y así
fue como la conocí.
El
día que me la presentaron supe que lo nuestro duraría para siempre. El día que
hizo su aparición fue como un soplo de aire fresco. Todo enlazaba, todo
concordaba. Era poseedora de unas formas perfectas. Con su sola presencia, la solución a mi problemas comenzó a ser algo tangible. Entonces comprendí que ya nada nos separaría… Nos uniríamos en una caricia para siempre, suavemente. Le dije mi
nombre: Apolonio. Me dijo el suyo: Clotoide. Hermosa y bella Cloe, pensé».
ORIGEN DE LA CLOTOIDE
En los comienzos del diseño de caminos y calzadas estos se diseñaban y construían, cuando había que unir una recta y una curva, con casos de tangencias, unas veces más simples y otras algo más complicadas. Uno de los matemáticos que estudió casos de unión y tangencias entre puntos, rectas y circunferencias fue Apolonio de Perga (262-190 a.C.). Apolonio, geómetra y matemático griego, describió el problema que hoy se conoce como Problema de Apolonio y que tiene este enunciado:
En los comienzos del diseño de caminos y calzadas estos se diseñaban y construían, cuando había que unir una recta y una curva, con casos de tangencias, unas veces más simples y otras algo más complicadas. Uno de los matemáticos que estudió casos de unión y tangencias entre puntos, rectas y circunferencias fue Apolonio de Perga (262-190 a.C.). Apolonio, geómetra y matemático griego, describió el problema que hoy se conoce como Problema de Apolonio y que tiene este enunciado:
“Dados tres objetos tales
que cada uno de ellos puede ser un punto, una recta o una circunferencia,
dibujar una circunferencia que sea tangente a cada uno de los tres elementos
dados”
Este problema derivó en la
necesidad de resolver diez casos posibles: 1.Circunferencia que pasa por tres
puntos dados (PPP), 2. Circunferencias que pasan por dos puntos y es tangente a
una recta (PPR), 3. Circunferencias tangentes a dos rectas y que pasen por un
punto dado (RRP), 4. Circunferencias tangentes a tres rectas dadas (RRR), 5.
Circunferencias que pasen por dos puntos y sean tangentes a otra circunferencia
dada (PPC)… Y así hasta diez.
Los primeros trazados de
carreteras y vías férreas encadenaban tramos rectos con arcos de
circunferencia, se usarían los diferentes “casos de Apolonio”. Pero, cuando los
vehículos, coches y trenes, alcanzaron velocidades más altas, se producía una
incómoda y peligrosa sacudida al entrar en la curva por lo que hizo necesario
pensar en algo más acorde con la nueva necesidad de transición y seguridad.
Entonces, hizo su aparición
la Clotoide.
En el siguiente enlace: www.construmatica.com.Clotoide, podemos encontrar la
siguiente definición.
La clotoide es
llamada también radioide de arcos o espiral de Cornú.
Es una curva tangente
al eje de las abcisas en el origen y cuyo radio de curvatura disminuye de manera
inversamente proporcional a la distancia recorrida sobre ella. Por ello, en el
punto origen de la curva, el radio es infinito (porque comienza en la recta).
La expresión
matemática usual de la curva clotoide es:
ρ
. s = C
donde
ρ: radio de curvatura
s: desarrollo o arco
C: constante de la
espiral.
De forma similar, en el diseño geométrico de carreteras, la fórmula intrínseca que se usa para el establecimiento de las características de la clotoide es:
A^2 = R.L donde:
A es el parámetro (constante)
R: Radio del círculo osculador (viene del latín "osculare": besar)
L: Longitud o desarrollo de la curva.
Esta curva se aplica
en proyectos de ingeniería desde la década de 1930, con la construcción de las
primeras carreteras en Alemania y EE.UU. Es una curva muy cómoda para realizar
los enlaces entre tramos rectos y circulares de carreteras.
Cuando se pasa en
forma gradual de un radio infinito (una recta), a un radio finito (una curva) presenta ventajas, como por ejemplo:
El tramo rojo corresponde al trazado de la clotoide |
· Marcha
del vehículo en forma regular, uniforme y segura, con menor desgaste de
neumáticos, menor consumo de combustible y frenos, porque normalmente, si se va a la velocidad adecuada, no es necesario
frenar antes de llegar a la curva, (en el caso de un automóvil).
· Condiciones
de perspectiva regular, por lo que la visibilidad es mayor.
Para saber más, un enlace entretenido, de donde he sacado parte de la información, y que lo explica de una manera amena, desde la perspectiva matemática:
Hasta la próxima.
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