Esas obras de canalización...
¿Quién no ha sido testigo alguna vez de la
realización de una obra de canalización? ¿Quién no ha sufrido alguna vez el
corte y desvío de tráfico de una calle principal de su pueblo o ciudad debido a
las obras de alcantarillado o de agua potable? ¿A quién no le han puesto, justo
a la salida de su casa, una plataforma con barandillas para salvar la zanja que
cruzaba por debajo del portal para esa canalización de
telefonía o de gas? ¿Quién no se ha enterado alguna vez del hallazgo de
aquellos restos arqueológicos debido a la ejecución de las zanjas para cables
eléctricos/o de gas/o de agua/o de fibra para el wifi, en el casco antiguo de
la ciudad? ¿Quién no ha visto por la tele la noticia del desprendimiento de las
paredes de una zanja provocando un desgraciado accidente, de la rotura de una
tubería de agua que ha inundado a medio barrio o que ha producido un gran
socavón? Y así un largo etcétera…
¿Quién me ha colocado una arqueta en la puerta de mi casa? |
La entrada de hoy va dedicada a esas obras,
ingratas de realizar para los constructores y molestas para los vecinos y
usuarios que la sufren. Ingratas para los técnicos que las ejecutan porque son
complicadas, difíciles y, en muchos casos, peligrosas de llevarlas a cabo.
Molestas para los vecinos y usuarios porque suelen influir en el transcurso
habitual de su vida diaria: afectan a carriles de circulación de las calles de
su barrio y, por ende, a la previsión de tiempo que deben tener en cuenta si
conducen un coche o van a coger el autobús.
Canalizaciones en mitad del campo |
Y
además, para dar la puntilla, cuando se finalizan las obras ¡no se ven! ¡Están
bajo tierra y/o pavimentos. ¡Ocultas!, pues ¡se acaban tapando!
Yo
mismo participé en alguna de estas actuaciones cuando era jefe de obra
(Canalización de aguas residuales y pluviales en el Campello, Alicante, junto a
la playa; parte del Colector de la Senda de Granada, a través de la Avda. de
Mariano Rojas, en Murcia; Colector de residuales en el Albujón y La Aljorra, pedanías,
ambas, de Cartagena); así como otras conducciones y colectores en obras de
urbanización y carretera.
Lo primero de todo y esencial en estas obras era prever la localización de canalizaciones existentes subterráneas. Cuando solicitábamos a las empresas suministradoras de estos servicios (telefonía, agua potable, luz eléctrica, gas…) los planos de ubicación, dicha localización en los planos era «orientativa» y se debían hacer catas o búsquedas previas de dichos servicios (cata es una excavación cuidadosa que se hace para encontrar aquel tubo, cimiento, cable, elemento extraño…, existente y enterrado que se desea encontrar y no dañar, o para ver qué nos podemos encontrar bajo tierra o en ese lugar donde queremos actuar) . En alguna que otra ocasión provocamos “geisers” inesperados de agua, o dejamos sin comunicación telefónica a algún vecino, o sin luz eléctrica a algún que otro comercio con motivo de esa «ubicación orientativa» de los planos a gran escala o por el descuido, sin querer, del maquinista de la excavadora o del operario de mano de obra que se «pasaba de finura» con el legón (o la «legona», como decían en algunos sitios), o el pico.
Lo primero de todo y esencial en estas obras era prever la localización de canalizaciones existentes subterráneas. Cuando solicitábamos a las empresas suministradoras de estos servicios (telefonía, agua potable, luz eléctrica, gas…) los planos de ubicación, dicha localización en los planos era «orientativa» y se debían hacer catas o búsquedas previas de dichos servicios (cata es una excavación cuidadosa que se hace para encontrar aquel tubo, cimiento, cable, elemento extraño…, existente y enterrado que se desea encontrar y no dañar, o para ver qué nos podemos encontrar bajo tierra o en ese lugar donde queremos actuar) . En alguna que otra ocasión provocamos “geisers” inesperados de agua, o dejamos sin comunicación telefónica a algún vecino, o sin luz eléctrica a algún que otro comercio con motivo de esa «ubicación orientativa» de los planos a gran escala o por el descuido, sin querer, del maquinista de la excavadora o del operario de mano de obra que se «pasaba de finura» con el legón (o la «legona», como decían en algunos sitios), o el pico.
Detalle de plano suministrado por compañía de servicios para saber «por dónde andan» sus redes existentes |
Se debe tener cuidado extremo en la excavación próxima a servicios existentes |
Así
que esta entrada va dedicada a esta clase de obras de construcción ingratas,
peliagudas, que se vienen haciendo desde época antigua, en muchas ocasiones como
ya he dicho, peligrosas (aunque en otros muchos casos enormemente necesarias y
útiles), realizadas con calidad, cuidado, dedicación y profesionalidad por
técnic@s y trabajador@s que se preocupan por hacerlo bien (que haberl@s, l@s
hay) e intentan llevarlo a cabo sin provocar demasiada intromisión en la vida
cotidiana de vecinos, viandantes y veraneantes.
Hasta
la próxima.
Pues
ahí queda.
Aquí dejo unos enlaces de algunas
noticias donde este tipo de obras fueron protagonistas:
Un Laberinto de canales y alcantarillado en Valencia desde el año 138 a.C
Obras de canalización en Monóvar destapan restos de un túnel (21/05/2016)
Las obras del colector de aguas pluviales y residuales en Pozuelo de Calatrava evitan males mayores tras las lluvias (03/02/2010)
Obra de colector permite ganar nuevo espacio al paseo en la margen izquierda del Guadiana
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