CAPÍTULO I. La presentación de Ingo

 

Hola. Me llamo Ingenia, aunque me dicen 'Ingo', y algún día os diré por qué. Soy la hija de Ingenio y Creatividad, y os voy a contar mi historia y la de mis amigos, a los que he ido conociendo a lo largo del tiempo. Me dedico a contar mis secretos y he ayudado a lo largo del tiempo a muchos hombres, y ahora también a muchísimas mujeres, a que construyan cosas.

    Para empezar os diré que hay quien piensa que mi primera compañera de juegos fue la Naturaleza, o puede que ese Ser a los que otros llaman Dios (hubo un tiempo en que fueron muchos). Me explicaré: con un árbol podíamos crear un puente sobre las aguas de un río; hacíamos que un rayo lo derribara y el viento o un torrente furioso lo transportaba hasta el lugar idóneo en que apoyarlo entre las dos riberas; también, con las pezuñas de las cabras formábamos senderos, caminos a través de las montañas. Esto último lo llevaban a cabo los animales machacando y machacando el terreno hasta hacerlo duro y transitable para sus congéneres o los de cualquier otra especie; con un montón de piedras, la Naturaleza y yo poníamos esas mismas piedras unas encima de otras y conseguíamos retener el agua de lluvia o de algún río y hacíamos un gran charco con mucha agua en su interior en donde crecieran los primeros seres vivos de agua dulce. Cuando no construíamos puentes, caminos o presas nos daba por modelar montañas; yo las hacía crecer, para que se formaran lagos y lagunas a sus abrigos… Recuerdo aquella vez que la Naturaleza y yo quisimos mover la tierra amontonada junto a la ribera de un río y taponamos el cauce sin querer; entonces las aguas se desviaron hacia otro torrente cercano y se unieron a él. Inventamos, así sin más, como por casualidad, el primer trasvase fluvial. Y así con todo…



    Pasaron los años, tantos como siglos, qué digo siglos ¡milenios! Hasta que mi amiga La Naturaleza y yo, que soy Ingenia, claro, conocimos a esa niña de pelo revuelto que nos miraba de reojo y con tanta curiosidad. Iba con su familia de aquí para allá y no paraban de hacer cosas ni un momento: recolectaban frutos silvestres, cazaban animales (grandes y pequeños), y llegaron a crear esa energía de la que emanaba una luz abrasadora e incandescente que ahuyentaba a las bestias, a la que llamaron fuego.


    También, su familia y todos los de la tribu a la que pertenecían, comenzaron a vestirse con las pieles de algunos animales que cazaban con lo que se les fue cayendo poco a poco el pelo que les recubría la piel del cuerpo, menos en la cabeza y otras pequeñas partes, curiosamente.

    Esa joven de pelo revuelto que he nombrado antes no tendría más de ocho años humanos. Un día nos dijo que se llamaba Nuamé y se dedicaba, junto a sus hermanos (una niña de seis y dos niños, de cuatro y dos años, respectivamente), a machacar los granos de trigo y otros cereales que recogían de los campos por los que pasaba el clan, y a ayudar a su madre cuando tenían que preparar la comida a base de caldos de hierbas y raíces y algún que otro trozo de carne, sobre todo de animal herbívoro. A veces, los mayores la obligaban, junto a otros niños de aquella comunidad, a amasar una mezcla de agua, tierra y paja, repitiendo la operación una y otra vez para evitar que ese material resultante, plástico y moldeable, contuviese huecos rellenos de aire que lo fragilizaran. Luego, el resultado lo ponían a secar al sol, con formas variadas, para crear utensilios, herramientas, vasijas y recipientes útiles para su vida de nómadas.


    Un día, Nuamé me contó lo que hizo su padre cuando la tarde antes salieron los hombres de la tribu a buscar animales a los que cazar. Y me sorprendió enormemente porque lo que ocurrió se parecía bastante a lo que la Naturaleza y yo hacíamos casi sin darnos cuenta con los troncos de los árboles mientras jugábamos. Pero esta vez no fue el azar, ni nuestros juegos, sino el pensamiento y el atrevimiento del padre de Nuamé los que lo hicieron posible. Y, según nos dijo nuestra amiga, pasó algo así. Os lo contaré como un cuento:...   

Comentarios

  1. Que buen articulo, yo estoy empezando en esta web https://fpcursos.com/curso-fp-grado-superior-en-gesti%C3%B3n-forestal-y-del-medio-natural-provincia-Madrid gestión forestal y del medio natural con el cual creo que también tendré los conocimientos en conservación del medio ambiente.

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