Los viajes del agua

Dicen los expertos que nuestro cuerpo está constituido por un 70% de agua, y nuestro cerebro en particular por un 80%. Todos somos conscientes que el agua es el motor de la vida y alrededor de ella gira la mayoría de los procesos de creación humana. Sin agua no hay alimentos, ni producción industrial, ni ciudades. Ni otra muchas cosas más.


Autor: Jorge Moya
    Desde lo más remoto de los tiempos las poblaciones o núcleos urbanos se creaban allá donde hubiese ríos. Los romanos ubicaban las nuevas ciudades, en las provincias conquistadas, en función de la facilidad que ofreciera el terreno para traer el líquido elemento hasta el lugar desde los acuíferos, cauces o manantiales de agua clara donde ésta brotaba. En la Edad Media se mantuvo el uso de muchos de los acueductos de época imperial y también, cuando empezaron a deteriorarse la mayoría de estas obras de ingeniería por la falta de mantenimiento, proliferó el uso de pozos, aljibes, y los llamados "qanats".

    El abastecimiento de agua siempre ha sido uno de los puntos principales de la política de los concejos y ayuntamientos de nuestros pueblos y ciudades a lo largo de la historia. Las fuentes públicas eran lugares de reunión hasta hace bien poco, y de relaciones sociales de los vecinos. Y en Toledo, sin ir más lejos, Juanelo Turriano, el conocido ingeniero de Cremona venido a España en 1530, consiguió la acción épica de elevar las aguas del Tajo hasta los depósitos de su ciudadela, salvando un desnivel de 100 metros, nada más y nada menos.

    En España, en tiempos de la Casa de Austria se utilizaban todavía los  citados anteriormente "qanats" -denominación que los musulmanes dieron a las estructuras de captación y conducción de agua subterráneas excavadas manualmente a través de la tierra o roca-, y se mejoraron y construyeron algunos de ellos, para llevar el agua a todo lo ancho de las ciudades más importantes, en particular en el Madrid de Felipe II, cuando la convirtió en capital del reino en 1561. Estos "qanats" eran lo que en nuestro país se conocería como los llamados "viajes de agua", y en la capital, concretamente, se utilizaron estos conductos hasta bien entrado el siglo XIX, cuando el Canal de Isabel II comenzó a abastecer a la ciudad con las piropeadas aguas del Lozoya .

    Hace unas semanas, en el telediario de la 1, se emitió una noticia que tenía que ver con el descubrimiento arqueológico de uno de estos "viajes de agua" durante la ejecución de una de tantas obras que se ejecutan en el subsuelo de las ciudades. Podéis verla (la noticia) a continuación (apenas dos minuticos):




Y otra reseña de hace unos años, concretamente de 2011:




Hasta aquí mi pequeño grano de arena en la aportación por dar a conocer otras de las obras de ingeniería que han existido y hemos heredado en nuestro hermoso y apasionante país.

A continuación, como suele ser habitual, dejo un enlace de una interesante página web para quien quiera conocer un poquito más del tema de estas conducciones milenarias (pues se llevaban acabo ya en la Edad Antigua)


Imagen del famoso Qanat de Firaun entre Siria y Jordania (Author: Pafnutius)
y que han llegado hasta nuestros días desde la Edad Media y la Moderna.

Los viajes de agua en Madrid

    Espero no haberos robado mucho tiempo, y que os haya resultado, al menos, entretenido.

    Hasta otra.

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