Pongamos que os cuento algo de Madrid. El milagro del agua.

Para llegar a comprender ese pequeño milagro, al que no le damos importancia, que significa abrir el grifo de nuestra casa y que salga por él ese líquido transparente que nos refresca y nos da la vida, comparto lo de más abajo. Desde mi punto de vista, no llegamos a percibir en toda su amplitud la cantidad de infraestructuras y esfuerzos necesarios para disfrutar de ese sencillo elemento vital. Sencillo, sí, pero, a la vez, ¡qué grande! ¡qué tesoro!

    En este post particularizo en las obras de la Comunidad de Madrid. Dicen que el agua de Madrid es de las mejores de Europa. Pantanos, presas, ríos, puentes, viaductos, caminos, calzadas romanas... Todo eso y más se puede ver en este reportaje-vídeo-documental que encontré mientras buscaba información acerca de el embalse del Atazar. Se llama Madrid desde el aire: el agua. Poco más de veinticinco (25) minutos. Lo dicho en otra ocasiones, si no podéis verlo de un tirón pues siempre se puede disfrutar en un par de ratos, pero lo recomiendo. En él se habla, entre otros, de los ríos Manzanares, Lozoya, Jarama, Tajuña, y el hermano mayor de éste, el Tajo; sobre el almacenamiento de sus aguas, el aprovechamiento de las mismas y su distribución por los pueblos y municipios de Madrid.

    A lo largo de las imágenes se hace una mención y/o repaso rápido y ameno, desde el aire, a vista de pájaro, de cosas y lugares como, por ejemplo, las formaciones graníticas de La Pedriza, donde nace el citado río Manzanares (cuyo origen del nombre viene dado por las manzanas silvestres), embalses como los de Santillana, Pradillo, Pinilla, Villar (este último, el tercero en regular las aguas del río Lozoya, entró en funcionamiento en 1879, el más antiguo de todos, y cuya presa fue la primera de gravedad construida en Europa), el puente medieval del Congosto, el impresionante viaducto de línea férrea Madrid-Burgos, inspirado en el puente francés de Fontpédrouse, la vega del Jarama con sus puentes, sifones, acueductos y almenaras a lo largo de 77 kilómetros, y que se llevaron a cabo a mediados del siglo XIX debido a los episodios de cólera que azotaron a la población; las doce estaciones de tratamiento de agua que, a lo largo de sus nueve mil (9.000) kilómetros de tuberías, dan servicio a más de 161 municipios. Podemos ver las instalaciones de unas canteras de gravas y arenas, unos escarpes yesíferos y cantiles que moldeó el río Tajuña, y lo que queda de la presa romana del Paredón. Los restos del ferrocarril del Tajuña, imprescindible para la comercialización del agua medicinal de la zona en el siglo XIX y principios del XX. Se muestra un sencillo puente metálico que cuentan fue construido hace más de 130 años por el ingeniero francés Eiffel, ¿nos suena?; "AVEs" presurosos sobre el Tajo; lagos y playas artificiales para el recreo de los vecinos y visitantes, el embalse de San Juan donde se permite la navegación a motor y fondean pequeños yates; el puerto de Fuenfría a 1.800 m, paso histórico entre Segovia y Madrid antes de que los romanos lo convirtieran en calzada del Imperio, y hasta un espectacular viaducto de más de 100 metros para los amantes del puenting; y muchos detalles más...


Os dejo con el reportaje:




Hasta otra.

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