¿Ingenieros fotógrafos o Fotógrafos ingenieros?
Quizá por compartir de algún modo la profesión, quizá la afición a la fotografía, o ambas cosas, la verdad es que siento cierto interés y simpatía por la figura de dos importantes ingenieros de finales del siglo XIX y principios del XX. Los dos fueron relevantes en sus respectivos trabajos. Los dos se afanaron en plasmar en imágenes los instantes más significativos del transcurrir de las obras que dirigieron, y en las que participaron, y también los de la vida cotidiana de sus contemporáneos. Serán muchos otros los ingenieros, en España y en el mundo, que hicieron lo propio en su momento, y, hoy día, es algo normal obtener reportajes fotográficos de las obras; sin embargo, son las figuras de estos dos profesionales las que hoy deseo resaltar y comentar. Y ellos no son otros que: Gustavo Gillman, director de las obras, entre otras muchas, del embarcadero del Hornillo en Águilas (Murcia), y Francisco Mira, el ingeniero que restituyó las dunas de Guardamar del Segura, provincia de Alicante.
Una breve biografía de cada uno de ellos puede ser la siguiente:
Gustavo Gillman:
Nació en Londres en 1856. Llegó a aprender once idiomas, entre ellos el español, además de dibujo, pintura, fotografía y música. Estudió las carreras de ingeniería de Minas y Obras Civiles. Viajó a España para hacer las prácticas, enamorándose de nuestro país, al que volvería para quedarse definitivamente en 1876. Se casó con una malagueña, María del Rosario Sirvent. Trabajó por distintos lugares de la geografía peninsular, hasta que, en 1889, con treinta y tres años, se incorporó a la compañía británica del ferrocarril "The Great Southern of Spain Railway Company Limited", convirtiéndose en la persona encargada de dirigir las obras realizadas a lo largo del valle de Almanzora (de Lorca a Baza), para llevar los minerales del sur de España hasta el Reino Unido, cargándolos en el embarcadero del Hornillo, en Águilas. Después de una larga y exitosa carrera como Director General de esta compañía, y como Superintendente General de la "Estrada de Ferro Vitória a Minas" después, recalaría en Brasil donde vivió y finalmente murió, en 1922.
Acompañado siempre de su cámara fotográfica, plasmó en el papel las imágenes sencillas de las que fue testigo en los lugares por los que pasó: campesinos, los trabajadores de sus obras, arrieros, agricultores, hombres y mujeres, vendedores ambulantes, animales de carga y de compañía... nunca a los terratenientes o políticos con los que trataba, ni siquiera a los compañeros de trabajo con los que compartía experiencias, aunque estos últimos aparecen esporádicamente en sus instantáneas.
Francisco Mira i Botella:
Nació en Aspe, Alicante, en 1863. En 1887, a los 24 años, se licenció en la Escuela de Ingenieros de Montes de El Escorial, en Madrid. Su primer trabajo lo encontró en Lleida, pero al año volvería a su tierra, donde sería partícipe y director de dos de las obras de mayor notoriedad del lugar por lo que supuso o significó para la existencia y supervivencia de la población: la contención de las dunas de Guardamar, que ya en 1896 amenazaban con sepultar los campos y viviendas de la margen derecha del río Segura; y la otra fue la reforestación del monte Benacantil, en 1912. Se casó en 1902 con Consuelo Atienza, pero desgraciadamente ésta murió a los seis años de contraer matrimonio. Dedicó treinta años de su vida, de 1900 a 1930, a la consecución de la primera de las actuaciones, la regeneración y contención de las dunas. Con un reconocido prestigio, galardonado y premiado, con calles a su nombre en Guardamar y a las faldas del Benacantil, murió, a los 82 años, en Hondón de las Nieves.
Al igual que su contemporáneo inglés (aunque español de adopción), captó con su cámara de fotos, con la tecnología de la época, numerosos momentos de sus obras; de nuevo, como telón de fondo, las gentes del lugar, vecinos que participaron activamente en los trabajos para conservar sus casas y sus tierras.
Una breve biografía de cada uno de ellos puede ser la siguiente:
Gustavo Gillman:
Fotografía extraída del enlace indicado más abajo |
Nació en Londres en 1856. Llegó a aprender once idiomas, entre ellos el español, además de dibujo, pintura, fotografía y música. Estudió las carreras de ingeniería de Minas y Obras Civiles. Viajó a España para hacer las prácticas, enamorándose de nuestro país, al que volvería para quedarse definitivamente en 1876. Se casó con una malagueña, María del Rosario Sirvent. Trabajó por distintos lugares de la geografía peninsular, hasta que, en 1889, con treinta y tres años, se incorporó a la compañía británica del ferrocarril "The Great Southern of Spain Railway Company Limited", convirtiéndose en la persona encargada de dirigir las obras realizadas a lo largo del valle de Almanzora (de Lorca a Baza), para llevar los minerales del sur de España hasta el Reino Unido, cargándolos en el embarcadero del Hornillo, en Águilas. Después de una larga y exitosa carrera como Director General de esta compañía, y como Superintendente General de la "Estrada de Ferro Vitória a Minas" después, recalaría en Brasil donde vivió y finalmente murió, en 1922.
Acompañado siempre de su cámara fotográfica, plasmó en el papel las imágenes sencillas de las que fue testigo en los lugares por los que pasó: campesinos, los trabajadores de sus obras, arrieros, agricultores, hombres y mujeres, vendedores ambulantes, animales de carga y de compañía... nunca a los terratenientes o políticos con los que trataba, ni siquiera a los compañeros de trabajo con los que compartía experiencias, aunque estos últimos aparecen esporádicamente en sus instantáneas.
Francisco Mira i Botella:
Fotografía obtenida del enlace reseñado más abajo |
Nació en Aspe, Alicante, en 1863. En 1887, a los 24 años, se licenció en la Escuela de Ingenieros de Montes de El Escorial, en Madrid. Su primer trabajo lo encontró en Lleida, pero al año volvería a su tierra, donde sería partícipe y director de dos de las obras de mayor notoriedad del lugar por lo que supuso o significó para la existencia y supervivencia de la población: la contención de las dunas de Guardamar, que ya en 1896 amenazaban con sepultar los campos y viviendas de la margen derecha del río Segura; y la otra fue la reforestación del monte Benacantil, en 1912. Se casó en 1902 con Consuelo Atienza, pero desgraciadamente ésta murió a los seis años de contraer matrimonio. Dedicó treinta años de su vida, de 1900 a 1930, a la consecución de la primera de las actuaciones, la regeneración y contención de las dunas. Con un reconocido prestigio, galardonado y premiado, con calles a su nombre en Guardamar y a las faldas del Benacantil, murió, a los 82 años, en Hondón de las Nieves.
Al igual que su contemporáneo inglés (aunque español de adopción), captó con su cámara de fotos, con la tecnología de la época, numerosos momentos de sus obras; de nuevo, como telón de fondo, las gentes del lugar, vecinos que participaron activamente en los trabajos para conservar sus casas y sus tierras.
Más sobre Gustavo Gillman:
Gillman en Águilas
Noticia en TV de Almería con la que se dio a conocer una exposición fotográfica.
Algunas fotografías de su álbum, en Serón (Almería)
Más sobre Francisco Mira:
El ingeniero de las dunas
Más detalles sobre la actuación en Guardamar
Foto obtenida del blog "Asociación Cultural Alicante Vivo" |
Hasta otra.
Comentarios
Publicar un comentario