¿Y por qué no el puerto de A Coruña?

Noroeste de Hispania

S. II a. C. :

El centurión miró al horizonte y sintió un escalofrío por todo su cuerpo que le erizó la piel de su nuca recorriéndole toda la espalda. Sus soldados guardaban, como él, un silencio sepulcral. Sobre el imponente promontorio de rocas de aquel territorio de la inhóspita Hispania, el contingente de legionarios imperiales perfectamente formados contemplaban la caída del sol a través de la línea que marcaba el final de aquel océano misterioso bañado con reflejos cobrizos y anaranjados creados por los destellos dorados del astro rey en su retirada parsimoniosa en el horizonte.
    El oficial al mando dio media vuelta. Sus seguidores emitieron marciales sonidos metálicos al cuadrarse. Los observó detenidamente, pasando revista con la mirada de un lado a otro a sus rostros expectantes, y  con una mezcla de inquietud y solemnidad se dirigió a ellos, alzando la voz como si de una orden en batalla decisiva se tratara, para decirles:

    —<<¡Ecce Finis Terrae!>>.

(Texto de recreación ficticia del autor del blog)

Así imagino que sería la llegada a estas tierras gallegas de los ancestrales pobladores del mundo antiguo, extasiados por la magnificencia de los paisajes norteños. Hasta ahora, nunca he estado en Galicia. Un destino que tengo pendiente. No sé por qué pero esta entrada de mi blog me apetece versarla en torno a uno de los puertos más importantes de España. Me alejo así, momentáneamente, de la región sureste de nuestro país, tal y como reza el título: <<¿Y por qué no el puerto de A Coruña?>>.

Comenzamos:

    El puerto de A Coruña ha venido disfrutando de gran importancia a lo largo de la historia de España. Ya los romanos arribaban a sus costas para comerciar con vino, grano, aceite, pescado y metales. Siempre me he preguntado cómo serían, en su origen, aquellos puertos que me he dispuesto a conocer un poquito más en profundidad, y, al final, todos tienen un denominador común: que comenzaron siendo un simple lugar de llegada y salida de embarcaciones más sencillas (botes, barcos de pesca, barcas de remo…) que transportaban las mercancías y personas a los buques o embarcaciones de mayor envergadura fondeados en las aguas más profundas de las bahías, ensenadas o dársenas. Así también era el puerto de Coruña en sus inicios, durante los siglos de la época romana hasta bien entrada la Edad Moderna. Sus infraestructuras iniciales contaban con simples muros de contención de tierras o piedras, algún puente de arcos que se adentraba en el mar o cruzaba alguna porción de agua…

    A finales de la Edad Media y comienzos de la Edad Moderna el puerto de La Coruña servía de escala entre el mar Mediterráneo y el mar del Norte a muchos comerciantes que hacían esta ruta, o como paso de cruzados, ejércitos o armadas de guerra de rumbo a sus misiones. A sus muelles también arribaron, o partieron, personajes tales como Catalina de Aragón, Juana la Loca, Felipe el Hermoso, el hijo de ambos: el emperador Carlos I de España y V de Alemania, y el hijo de éste, el príncipe Felipe II. En su costa recaló la Armada Invencible en 1588 antes de dirigirse a Inglaterra; y sufrió los ataques de piratas ingleses, como Norris y Drake en 1589. (Véase: “A Coruña. Historia e imagen de un puerto atlántico (S. I-1936)”. Alfredo Vigo Trasancos. Universidad de Santiago de Compostela. Pág 386).

    Estudiando la cosa he podido averiguar que A Coruña se dividía entre la ciudad Alta y la Ciudad Baja, esta última llamada también como el arrabal de la Pescadería. Como bien podemos imaginar, la ciudad Alta era el centro administrativo, jurídico, y comercial del lugar, y la ciudad Baja la zona más ligada al mar, la de los pescadores. Al frente del promontorio que domina el istmo donde se localiza la ciudad está la famosa Torre de Hércules (de creación romana, cómo no), rehabilitada a lo largo de los años.

    Actualmente, el puerto de A Coruña se divide en dos: la dársena interior (la histórica, la de siempre) y la dársena exterior, obra realizada más al oeste en la Punta Langosteira, que comenzó a ejecutarse en los primeros años de este siglo, aunque se encuentra paralizada por falta de inversión, sin embargo en avanzado estado de ejecución.

Enlace de ubicación del puerto:


En la dársena interior se encuentran numerosos muelles de atraque, como por ejemplo: el de Transatlánticos (para cruceros, embarcaciones militares y yates…), el de Batería y Calvo Sotelo (para comercio y transporte de materiales varios: hierro, zinc, yeso… ), Linares Rivas, Palloza (de actividad pesquera), Muelle Este (tráfico de contenedores)… 

Enlace de interés:


Dicho esto, recapitulemos:

Puerto A Coruña:

Importancia desde época romana.
Gran auge durante la Edad Moderna.
Actualmente, dos dársenas: la más antigua, denominada dársena interior, cercana al famoso Faro de Hércules y la proyectada (actualmente en proceso de ejecución), la dársena exterior.
El puerto de La dársena interior cuenta con muelles de atraque con diferentes funciones, es la zona integrada en la ciudad, junto a la ría con el mismo nombre de la ciudad (ría de A Coruña).
El puerto de Dársena exterior, de creación reciente en los primeros años de este siglo XXI, se encuentra en Punta Langosteira, más al sur y oeste de A Coruña, pero no está acabado.

Historia del puerto a lo largo de los siglos en el enlace:


Una aclaración simple y final: la exclamación efectuada por el centurión salido de mi imaginación se produce en el promontorio donde se ubica La Torre de Hércules. Sin embargo, lo que todos nosotros conocemos como Finis Terrae (Finisterre) se encuentra más abajo, en el cabo del mismo nombre (Fisterra, en gallego), en la Costa da Morte, en el lugar último del peregrinaje a Santiago de Compostela.

Hasta Pronto.


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